Una historia que se repite, cuando escucho: ¿Porqué me pasa esto a mi?, siendo que vivo pendiente del otro, estoy donde me necesitan y me brindo ante cada causa noble, y siento que esa es mi esencia: «Hacer el bien sin mirar a quien» y ante cada fracaso me levanto y sigo adelante porque no me van a ver claudicar.

Personas muy buenas, generosas, de un enorme corazón que se brindan sin pensarlo demasiado, lo sienten y viven así, sólo basta un llamado o un mensaje y sabemos podemos contar con ellos, estarán cerquita o quizás con un abrazo o mano para hacernos sentir su compañía, esa bella y sensible humanidad que nos suele cambiar el ambiente.

Aquí es donde conjeturo que también de ello van tomando nota especuladores, manipuladores u otros, quizás disfrazados de: compañeros, amigos, vecinos, familiares o desconocidos, de quienes suelen ser presa fácil para sacar tajada de la hermosa energía que va generando esa bondad infinita, que a su vez trae aparejada consecuencias-efectos.

La hipótesis sería: Estas personas generosas, de alma noble y digna se caracterizan por una muy especial sensibilidad de percibir-sentir el mundo que los rodea, pero debido a su personalidad frágil, ingenua, moral o utópica, van creyendo que «todos somos buenos e iguales«, de «lo valioso de poner la otra mejilla», «estar siempre atentos a los pobres y desprotegidos«, promoviendo un cada vez más ilusorio- fraterno espíritu de sacrificio moral.

Así, sin darse cuenta de ello, van quedando muy expuestos, siendo víctimas predilectas de la sugestión, engaño y la mentira, regalando lo más preciado en el ser humano: su energía de vida, y ante cada nuevo desengaño, suele ser como un cristal que se rompe y esparce en mil pedazos, de un mundo interior al cual ama profundamente.

El cual conjeturo, siempre convencidos de su generosidad y buen fe (y lo convencen); así, – sin consciencia de ello→ les van absorbiendo su dulce y vital energía de vida→ provocando les baje sus defensas, >causando los síntomas cotidianos<, o como se suele decir: ►«Quedan de Cama»◄ -, y nuevamente un comenzar a juntar esos pedacitos sueltos entre lágrimas y fastidio por un mundo exterior que no logra ser recíproco con el interior.

Se preguntan porqué me pasa esto a mi? buscando comprender el porqué de esa inmensa degradación humana, mientras continúa el mismo arduo camino, – (repitiendo la historia) sin darse cuenta necesita despertarse de ese sueño profundo, de esa ilusoria moral que degrada y la siente en carne viva -que quema-, esa cruel realidad que atenta contra su inmensidad humana.

Conjeturo hasta ahora la humanidad no ha sabido reconocer, mucho menos valorar la valentía y esfuerzo de esas almas que por amor a la vida comparten su; tiempo, deseos y ganas de hacer sentir mejor a los demás, hasta dejando de lado su propia vida.. es más, se aprovechan de ello, quitándole poco a poco, gota a gota su vital energía de vida, que brindan sin que nadie se los pida.

Personas muy especiales, que también necesitan que el otro los haga sentir vivos, que se produzca ese natural y hermoso ida y vuelta humano-«relacional y social que somos»

Reciprocidad que Tristemente parece ya desconocido para la humanidad, al punto tal de ir perdiendo la noción de prójimo, sin tener en cuenta a nadie, sólo importan nuestros propios intereses, ese individualismo feroz que nos arrasa día a día.

DESPERTARNOS!!, darnos cuenta de la necesidad imperiosa que se produzca una inédita energética humana para la cual hemos sido creados, pero a condición que las personas sientan y vivan la vida como estas personas tan sensiblemente preocupadas y ocupadas por el bienestar del prójimo, que anhelan profundamente desplegarse y potenciarse mutuamente.

Esos seres únicos, quienes tienen más a flor de piel ese órgano lumínico-energético como las luciérnagas, que con tan poca carga de reciprocidad (o nula), aún así suelen alumbrarnos en largas noches de incertidumbre y desolación, acompañándonos con ese hilo de luz de esperanza que nos invita a repensarnos e intentar descubrir más sobre nosotros y el mundo que nos rodea.

Quizás este sea un incipiente boceto de una inédita noción moral, que pueda recrearse al infinito, «mientras lo sano sea lo esencial de los efectos entre las personas», así de una vez comenzar a evolucionar con parámetros más dignos y esperanzadores para la humanidad.

Gracias por acompañarme hasta aquí. Gran y afectuoso saludo!

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